Más de treinta familias malviven en El Campico desde hace veinte años

La mayor parte de los vecinos son de etnia gitana y viven en casas con fachadas desconchadas, caravanas y chabolas sin una red de alcantarillado, con calles sin asfaltar y algunos sin luz
Por B. García Illán
Última actualización 24/01/2008@01:20:18 GMT+1



ALCANTARILLA. Dos realidades de vida totalmente distintas separadas por tan solo diez kilómetros. A esta distancia se encuentra de Murcia El Campico, la zona más marginal del municipio de Alcantarilla, más allá del límite de su extrarradio. Tan siquiera goza de una estructura urbana con calles delimitadas; más bien se trata de un conjunto de improvisadas casas a medio hacer, chabolas y caravanas que se hacinan sin orden en un punto del terreno. Son calles sin nombre.Así lo comprobó ayer un equipo de elfaro que se trasladó hasta esta zona de Alcantarilla donde habitan aproximadamente una treintena de familias, en su mayoría de etnia gitana y con un poder adquisitivo muy bajo, alcanzando en alguno casos la pobreza.El terreno es eso, terreno sin asfaltar donde el polvo, las piedras y la gravilla se convierten en improvisadas calzadas donde sus habitantes, en el más amplio sentido de la palabra, hacen la vida en la calle. Suciedad, solares enteros con escombros y una gran falta de higiene acompañan el día a día de cerca de más de 150 personas que no tienen otra opción de residencia que no sea El Campico.Francisca Díaz es una chica joven, de unos 25 años, que lleva viviendo en una derruída caravana con su marido y su hijo pequeño desde hace cuatro años. No trabaja y como Juan García, un joven con cinco hijos y vecino de un gran solar con basura, ropa usada y comida, recurre a las ayudas de los servicios sociales del Ayuntamiento de Alcantarilla, de la Comunidad de Hermanos Maristas afincados en El Campico o de la casa-taller para asear a sus hijos, a ellos mismos y también para ampliar las posibilidades educativas de sus pequeños con la realización de talleres de conocimientos y de ocio.“Sin embargo toda ayuda es poca, aquí no se puede vivir”, comenta Juan, “nos tienen marginados. Somos pobres y no tenemos otro sitio donde ir, yo trabajo para ganarme la vida y darles de comer a mis hijos y lo mínimo que podría hacer el ayuntamiento es hacer menos jardines y ayudarnos a vivir en condiciones”.Por no disponer, no disponen ni de una red de alcantarillado y algunas de las casas no tienen ni luz. Es el caso de Ginoveva Moreno, una anciana de 72 años que lleva viviendo en El Campico más de 20 años con su marido, Guillermo Moreno. Ambos son gitanos y habitan en una casa de fachada desconchada donde una bombilla situada en la cocina, da luz al resto de la casa, absolutamente oscura.Hay, también, familias desestructuradas. Es el caso de María Dolores Hernández, que lleva viviendo allí dos años con la única compañía de su hijo de 29, gravemente enfermo, “después de que servicios sociales decidieran quitarme la custodia de mis otras dos hijas. Pido por favor que nos ayuden”, explica, “nos tienen abandonados y necesitamos un plan que acabe con esta situación”.Planes, subvenciones que van llegando gracias a las acciones emprendidas conjuntamente entre el Ayuntamiento de Murcia y el de Alcantarilla a través del Plan de Desarrollo Gitano (PDG) y/o Convenio de Minorías, cuyos datos económicos del pasado año fueron de un total de 29.423 euros por parte de la Comunidad Autónoma y de 9.807 euros provenientes de la entidad local.“Se trata de una realidad más que compleja”, nos cuenta el Hermano Marco, de la Comunidad de Maristas, “aquí viven cerca de 200 personas sin apenas recursos y desde luego las ayudas son del todo importantes pero todavía queda mucho por hacer; las asociaciones y las comunidades hacemos labores importantes sobre todo de apoyo a los más pequeños, carentes de apoyo escolar”.Situación compleja que refleja el estilo de vida de esta pequeña porción de tierra murciana, espejo de realidades constantes que se repiten a lo largo y ancho de todo el planeta. Seis meses viviendo en la calleMaría del Mar es la hija de una anciana de unos setenta años que ha preferido no revelar su nombre y a quien se le incendió por completo su casa el pasado mes de septiembre. A día de hoy, todavía se desconocen las causas, tampoco el Ayuntamiento de Alcantarilla lo tiene claro y así lo confirmó ayer la concejala de servicios sociales, Mónica García. Así, esta anciana lleva viviendo en la calle casi medio año y tan solo se ha valido de sus manos para construir una improvisada cabaña donde unas recias maderas cubiertas por cuatro mantas y tres toldos de plástico duro, sostienen lo poco que pudo rescatar. Según la concejala popular, “en menos de un mes esta mujer contará con una casa prefabricada de madera completamente equipada. Desde el consistorio hemos apoyado a esta mujer, se le ofreció una vivienda alternativa pero quiso permanecer en el lugar”.OpinionesAntonia Rodríguez: “Yo vivo aquí toda mi vida. Antes no teníamos ni luz y estamos totalmente desamparados, para el ayuntamiento no somos nadie, por aquí nadie nos viene a ver”Josefa García: “La vida aqui se hace muy cuesta arriba. Tengo mi casa llena de goteras, vivimos sin alcantarillado y nos llega la peste a diario y las calles sin asfaltar son un peligro”Guillermo Moreno: “Llevo viviendo aqui 20 años y la situación está cada vez peor. Los de servicios sociales son buena gente pero vienen de vez en cuando, y no nos solucionan nada”Ginoveva Moreno: “Antes no tenía ni luz ni agua, ahora si, la mínima, pero la tengo. Cuando llueve es horrible, solo tengo trapos viejos para tapar mis ventanas y no cristales”Juan García Montoya: “Aqui nos tienen marginados. Sin alcantarillado, sin asfalto y mientras el ayuntamiento haciendo jardines y zonas bonitas pero nosotros viviendo de esta forma”Mª Dolores Hernández: “Esto no es vivir. Tengo a mi hijo enfermo y no tenemos nada para vivir en condiciones. Necesitamos que el Ayuntamiento nos ayude de verdad”

Adelina Jiménez recoge emocionada la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo

Adelina Jiménez recoge emocionada la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo



Tras recoger la Medalla de manos del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, Adelina Jiménez declaraba que le ha costado el mantener la compostura y no echarse a llorar. A la vez que explicaba que estaba muy emocionada tras vivir estos momentos tan bonitos.Adelina se llevaba una sorpresa al ver la cantidad de cosas que sabía de su vida el Ministro , incluso apostillaba que había cuestiones que ni ella misma recordaba. Ha sido sin duda lo que más le llamaba la atención. Así como ver rostro conocidos como el del Alcalde de Monzón, Fernando Heras, o la diputada nacional, Teresa Villagrasa, así como representantes de muchos colectivos gitanos que le mostraban su alegría.La galardonada con la Medalla de Oro al Mérito al trabajo esperaba que su ejemplo sirviera para que muchas otras gitanas puedan estudiar.El acto se desarrollaba en la sede de la Delegación del Gobierno en Aragón y junto a Adelina Jiménez recibía la Medalla también María de ÁvilaAdelina Jiménez nacía en Ayerbe (Huesca) en 1945. Después de cursar estudios de profesorado, con 21 años, se convirtió en la primera maestra gitana de España, consiguiendo plaza fija mediante oposición. Durante 34 años ha ejercido la enseñanza a través de una labor implicada en la lucha a favor de la integración igualitaria de las mujeres gitanas.Este galardón tiene como objetivo premiar y destacar el mérito de una conducta socialmente útil y ejemplar en el desempeño de los deberes que impone el ejercicio de cualquier trabajo, profesión o servicio

Antoniojoseheredia@gmail.com

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